Rumbo a Brasil: Salvador de Bahia
En los próximos post de Crónicas Viajeras os relataré nuestro reciente viaje a Brasil. Es la segunda vez que visitamos este enorme país, siendo la primera en 2007. Si entonces estuvimos en las zonas de Pantanal y Rio de Janeiro, esta vez nos iremos más al norte: Salvador de Bahía, Lençois y Sao Luis de Maranhao, desde donde trazaremos una ruta hasta Fortaleza pasado por Jericoacoara. Escribo este primer post en el vuelo que nos llevará de Salvador a Sao Luis, vía Brasilia.
Nuestro primer destino ha sido pues Salvador de Bahia, una ciudad de unos tres millones de habitantes, que forma una península entre el Atlántico y las orillas de la segunda bahía más grande del mundo y que cuenta con 56 islas. Estamos seguros de que alrededor de la ciudad hay mil cosas que ver, parques naturales, islas, cachoeiras (cascadas), pero como esos atractivos los tenemos en el resto del viaje, nos hemos centrado en la ciudad.
Visitar Salvador de Bahía es sencillo. Los mayores atractivos de la urbe se sitúan en su centro histórico, el Pelourinho, Patrimonio de la humanidad, Y en sus puntas norte (Ribeira y Bonfim) y sur (Barra). Hay autobuses frecuentes entre los tres puntos, así que es fácil moverse de una a otra.
La historia de Brasil empieza en el estado de Bahía. Nuestro guía nos asegura que aquí se concentra el mayor número de población negra fuera de África, el 80% de sus 14,5 millones de bahianos, descendientes del millón y medio de esclavos que se quedaron en la zona. La colonia brasilera tuvo en su momento 4 millones de esclavos africanos.
La importancia de África se percibe en la música, en algunas comidas, en la religión (con ese sincretismo entre el catolicismo y el candomblé de los orixás) y en deportes como la capoeira, danza que supone al mismo tiempo un arte marcial defensivo que se supone permitía a los esclavos maniatados cubrirse de los golpes y lanzar patadas.
Os cuento más detalles sobre las diferentes zonas de la ciudad en los próximos posts…