Chichen Itzá no es solo la pirámide…
Si en el anterior post os hablé del la pirámide de Chichen Itzá, seguramente el monumento maya más conocido y una visita imprescindible si vas a la Riviera Maya, en este artículo os comentaré algunos otros puntos interesantes de este valioso complejo arqueológico.
No muy lejos de la pirámide hay una cancha de juego de pelota maya. Consiste básicamente en dos muros paralelos de 170 metros de largo, separados entre sí por una distancia de unos 70 metros. La parte superior de los muros es una plataforma desde la que los observadores podían ver el juego, y sobre uno de los lados de alza un templete. Los muros tienen un círculo de piedra adosado, a modo de aro vertical perpendicular al suelo. Se supone que jugaban dos equipos y que el juego consistía en mantener en movimiento un balón de goma de caucho maciza hasta hacerlo pasar por ese aro. No parece nada fácil, máxime si consideramos que ese balón no podía impulsarse con las manos o los pies, sino con golpes de cadera o con los codos. Algunas teorías sostienen que el juego era un modo de entrenamiento para guerreros, pero también un entretenimiento para jóvenes, mujeres y niños. En algunos lugares de México se han encontrado grabados con jugadores de pelota decapitados, por lo que no se desestima un componente ritual y de sacrificio en este juego… Hay un muy buen artículo sobre el juego de pelota en Mexicodesconocido.com.
Entre la cancha de juego y el camino que lleva al cenote sagrado hay algunas edificaciones y plataformas con interesantes grabados. Jaguares y serpientes son motivos comunes en estos dibujos, pero también encontramos un inquietante muro grabado con cientos de cabezas decapitadas o cráneos, y escenas de batalla con cabezas rodando o en manos de los guerreros vencedores. Amenazador…
Hay un camino que va de la explanada donde está la pirámide hasta el cenote sagrado, una gran abertura en la roca que a unos metros bajo el nivel del suelo muestra un depósito de agua y una plataforma de piedra seguramente usada para proveerse de agua. Este punto no tiene mayor interés, a no ser que te apetezca mucho comprar souvenirs: el camino hasta el cenote es un auténtico bazar…
Y de vuelta a la explanada, en el lado opuesto a la cancha del juego de pelota, hallarás el templo de los guerreros. La construcción en forma de pirámide escalonada y coronada por un templo está rodeada de un buen número de columnas (se supone que mil, pero en realidad hay 200) en cada uno de sus lados se grabó la figura de un guerrero. Muchos de estos grabados son realmente impresionantes y muestran el detalle de la vestimenta y los tocados que se usaban.
La construcción es del año 1.200 d.c y se restauró en 1925, por lo que está en muy buen estado. Una de las imágenes más conocidas de Chichen Itzá está en este templo: es la figura de un hombre tumbado boca arriba que se sostiene sobre los codos y con las rodillas dobladas, con una pequeña plataforma o plato sobre su vientre y mirando a su derecha (que es donde está la pirámide). Estas figuras reciben el nombre de Chac Mool y son de influencia tolteca, como el resto del templo. No sé que os parece a vosotros, pero a mi tampoco me da muy buena espina eso de tener una estatua ofreciendo el vientre a los sacerdotes del templo…
Chichen Itzá alberga algunas construcciones más, como está pirámide más pequeña que queda entre el templo de los guerreros y el camino de vuelta a la zona donde aparcan los autobuses que te llevarán hasta aquí. Y me quedé con ganas de volver a dar otro paseo por allí cuando bajó un poco la luz del sol, buscando ángulos y vistas. Nos quedó pendiente ver el observatorio astrónomico del caracol y algún detalle más, pero moverse n grupo tiene a veces estas cosas 🙂