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Actividad volcánica en el Parque Rincón de la Vieja

Uno de los lugares más impresionantes que hemos visto en este viaje a Costa Rica es sin duda el Parque Nacional Rincón de la Vieja, una ruta circular a pie de unas tres horas que permite conocer la actividad sísmica en la falda del  volcán que da nombre al parque.

Volcán Rincón de la Vieja, Costa Rica

Volcán Rincón de la Vieja, Costa Rica

Se llega al Parque desde Libería, por una carretera que parece asfaltada recientemente, estrecha pero cómoda, hasta llegar a la muy recomendable Hacienda Guachipelín, que es donde nos alojamos. Desde poco antes de llegar a la Hacienda y hasta la entrada del Parque estaremos en una «carretera de lastre», una pista forestal de piedra que es bastante ancha y no ofrece desniveles importantes, muy fácil.

Este bichopalo nos dio la bienvenida al Parque

Este bichopalo nos dio la bienvenida al Parque

En la entrada del Parque Rincón de la Vieja los amables guardas toman nota de la hora de entrada de cada visitante e informan acerca de la naturaleza del recorrido. Se trata de un breve paseo hasta el Río Colorado, donde empieza un recorrido circular que puede recorrerse perfectamente en unas tres horas. Al principio las indicaciones son muy fáciles: pequeños trayectos de apartan del recorrido para que el visitante pueda ver fumarolas que se elevan en el aire con un olor fétido, balsas de barro que burbujean calientes mientras expelen humos y a las que se llama pailas (sartenes).

Fumarolas en el Parque Nacional Rincón de la Vieja

Fumarolas en el Parque Nacional Rincón de la Vieja

Fumarolas y pailas

Fumarolas y pailas

El barro parece hervir ante nosotros en Rincón de la Vieja

El barro parece hervir ante nosotros en Rincón de la Vieja

El recorrido es bastante llano, dominado por el cercano volcán, que parece vigilar los pasos del visitante para sorprenderle con lagunas de agua burbujeante. Casi a la mitad del recorrido, hay que cruzar un pequeño riachuelo por encima de un tronco sobre las aguas. Y a partir de aquí la cosa se nos complicó un poco. Para ir más tranquilos y esquivar a los pocos visitantes que había en la zona a nuestra llegada, decidimos recorrer el circuito al revés: no nos cruzamos con nadie más, justo en el lugar donde las señales del camino ya no eran tan evidentes. Y entonces, una tormenta abatió la zona inundando tramos del camino embarrado. Chorreando, conseguimos recorrer el camino entre las enormes raíces de los árboles, buscando los carteles indicadores para no perder el rastro del camino. En la senda, una boa de un par de metros extendida a los largo del camino nos dejó observarla unos minutos antes de perderse en la espesura. La pequeña aventura termino entre risas, pues al llegar de nuevo al coche ya no llovía apenas…

Boa en Rincón de la Vieja

Canopy, pozas y ríos: ocio en naturaleza en la Hacienda Guachipelín

Además de la imprescindible visita al Parque Rincón de la Vieja, la Hacienda en la que nos alojamos ofrecía una serie de catividades de las que pudimos disfrutar.

Sin duda, la más interesante es el Canopy: un recorrido que transcurre entre las copas de los árboles y el cañon de un río, donde el visitante se traslada de unas platformas a otras deslizándose por un cable metálico. Casco, arnés, mosquetones y un deslizador bastan para disfrutar de esta recomendable experiencia. Hay trayectos de hasta trescientos metros, donde uno parece volar sobre el bosque. Además, el trayecto del río permite hacer rapel, unos breves tramos de escalada y de vía ferrata (moverse a lo largo de una pared vertical apoyándose en piezas metálicas clavadas en la pared. Los eficaces guías y la calidad del equipo hacen que uno se sienta seguro durante todo el trayecto. Una muy buena vivencia.

Canopy (foto de la web www.guachipelin.com)

Canopy (foto de la web www.guachipelin.com)

Muy divertido, y más relajado quizás, fue el «tubing» que consiste en descender un tramos de unos cuatro kilómetros de río en una especie de donut gigante para cada persona, un híbrido entre el flotador de toda la vida y una mini lancha de rafting. Además del refrescante paseo y de algunos pequeños rápidos, lo mejor es dejarse llevar y observar el bosque desde el río, ver cómo las iguanas y las aves se mueven a nuestro paso y disfrutar del paisaje. La Hacienda dispone también de unas grandes balsas en el cauce del río que llenan con aguas termales, calentitas: el ritual pasa por recubrirse de barro, dejarlo secar sobre la piel a modo de tratamiento natural y, previa ducha, sumergirse en las calientes aguas mientras el río sigue cantando…

tubing (foto de la web www.guachipelin.com)

tubing (foto de la web www.guachipelin.com)

Un punto que nos encantó fue visitar la Catarata Oropéndula, a 15 minutos andando de la entrada del Parque. Tuvimos mucha suerte: no  había nadie más en el lugar. El camino desciende en zigzag por la ladera del bosque hasta el cauce del río, de un limpio color azul cobalto. Solo el rumor del agua cayendo desde 25 metros más arriba en una poza de un profundo azul, el agua fría revitalizándonos, la tranquilidad y la paz de estar en plena naturaleza disfrutando del momento…

catarata oropéndula rincón de la vieja

Situación en el mapa