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Qué ver en Hanoi

Hanoi, la capital de Vietnam, fue nuestra primera escala en el viaje que recorría este interesante país. Una ciudad cómoda para recorrerla a golpe de taxi, ya que las tarifas son muy asequibles (cuatro o cinco dólares te dejan en cualquier sitio de la ciudad). Caminar por Hanoi es también interesante, pero hay que tener cuidado con el constante tráfico, ya que las aceras están repletas de motos aparcadas. Gente amable, excelente comida y mucho que ver, la capital vietnamita gustará al viajero con ganas de sumergirse en otro mundo donde el exótico es él. Seis millones de habitantes casi, cuatro millones de motos zumbando por sus calles…

Callejear por Hanoi es sumergirse en un bullicioso caos o en una calma muy agradable en función de la calle o del momento del día, pero recorrer las callejuelas de este barrio repleto de tiendas y bares es seguro una de las cosas que querrás hacer. Siempre hay un rincón intersante, una anécdota que vivir o un café qué tomar esperándote en el lugar más insospechado. Los habitantes de Hanoi, por lo general, son majos y risueños, dispuestos a echarte un cable aunque no hablen inglés. Desde el camarero que te instruye sobre la mejor manera de degustar un plato al ciudadano que te ve con el plano en la mano y te señala la dirección correcta.

motos en hanoi

Una buena manera de callejear es hacerlo también en cyclo, una de estas bicicletas con un asiento grande enfrente para ver la ciudad a ritmo de pedal. Si Hanoi es tu primera parada en Vietnam, te sorprenderá la enorme candidad de motos que se mueven como enjambres de hormigas. Los semáforos son casi todos elementos decorativos a los que no hay que hacer mucho caso, y los pasos de peatones, casi que también. Hay que echarle un poco de valor y hacer como hacen ellos: cruzar despacito pero a paso constante, mientras las motos (y los coches) fluyen a tu alrededor, algunas muy cerca, pero sin riesgo. En realidad, van despacio. Cuando hemos visto algún trastazo, hemos visto también como los implicados se sacuden, levantan las motos, se saludan (o eso parece) y siguen su camino sin más. Las aceras están, lógicamente, para aparcar las motos, así que no hay escapatoria: hay que fluir en el asfalto.

Estos son los puntos imprescindibles que tienes que ver si vienes a Hanoi:

El lago Hoan Kiem y las calles al norte

Un punto interesante para perderse callejeando es el lago Hoan Kiem y las calles que quedan desde el lago al norte. Son callejuelas salpicadas de algunos edificios realmente bonitos, donde hay mil tipos de comercios y de bares. Parece que cualquiera que pueda poner cuatro taburetes diminutos en un rincón de la calle ya tiene un bar abierto. Los cables cuelgan de los postes como si fueran lianas de árboles en un caos que sin embargo, parece que mantiene la ciudad en funcionamiento. Así que no hay que preocuparse: Hanoi es una ciudad segura y amable, con su personalidad y sus encantos por descubrir a quién la recorra con la mente abierta…

Calles al norte del lago Hoan Kiem

Calles al norte del lago Hoan Kiem

Máscaras a la venta en Hanoi

Máscaras a la venta en Hanoi

El lago Hoan Kiem

El lago Hoan Kiem

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Lo moderno y lo tradicional se dan la mano constantemente en Hanoi

Lo moderno y lo tradicional se dan la mano constantemente en Hanoi

Panorámica del lago desde una de las terrazas en una tarde tormentosa

Panorámica del lago desde una de las terrazas en una tarde tormentosa

El barrio francés

Las calles de barrio francés son las que en la época colonial se llenaron de hermosos edificios de aspecto parisino. Hoy, estos edificios los ocupan las embajadas extranjeras, los hoteles más lujosos y las tiendas de alto standing, esas marcas asociadas a la moda y lujo que uno no esperaba encontrar en un país comunista. Nos sorprendió ver a parejas de recién casados que vienen a hacerse sus fotos de boda a los centros comerciales de esta zona, posando ante escaparates… Algunos de los mejores restaurantes de Hanoi están también en estas calles, que merecen un paseo, aunque en mi opinión, no son tan interesantes como las que te he descrito en el punto anterior.

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Marionetas en el agua

Consideradas una de las formas de arte nacionales de Vietnam, resulta curioso ver un espectáculo de estas water puppets. Una pequeña piscina sirve de escenario a las marionetas, que se manejan mediante palos desde el otro lado de las cortinas que sirven de fondo al escenario. Tras ellas, los artistas que las operan permanecen ocultos para desarrollar un arte que pasa de generación en generación y de padres a hijos (las mujeres suelen estar excluidas por aquello de que si se sacan, los secretos salen de la familia).

Las marionetas están hechas por artesanos que se dedican a este arte, y la mayoría tienen piezas articuladas que les dan cierto movimiento. A ambos lados del escenario y a la vista del público se sitúan los músicos, con instrumentos y vestimentas tradicionales. La música pasa de las melodías más dulces a la percusión más estridente en función de la historia que se va representando en el escenario. Un espectáculo de marionetas en el agua normalmente explica (si entiendes la letra, que no es mi caso, o si te fijas en las marionetas) cuentos y leyendas de la tradición vietnamita.

Uno de los teatros de marionetas de Hanoi, a orillas del lago Toan Kiem, en Le Thai To con Hang Trong

Uno de los teatros de marionetas de Hanoi, a orillas del lago Toan Kiem, en Le Thai To con Hang Trong

Tras la representación, los curiosos se acercan a ver el escenario de agua

Tras la representación, los curiosos se acercan a ver el escenario de agua

Taller artesanal de marionetas en el Museo Etnográfico

Taller artesanal de marionetas en el Museo Etnográfico

El templo de la literatura

Imprescindible lugar, que fue construido en 1.070 como templo para venerar a Confucio y a Zhou Kung pero que pasó a ser la primera universidad de Vietnam en el año 1.075, en forma de Colegio Real primero para la nobleza, y cuatro siglos más tarde, también para aquellos estudiantes que pudieran acceder a él, normalmente hijos de altos cargos o talentos venidos de todo el país. Hoy, el lugar sigue lleno de simpáticos estudiantes que hacen de guías voluntarios y que cuidan de que no se toque lo que no se debe tocar.

En el recindo hay varios edificios, pagodas y patios que forman un armonioso conjunto. Al visitante le llamará la atención ver grandes estelas de piedra grabadas con caracteres chinos sobre estatuas que representan tortugas. En estelas estelas se grababan los nombres de los licenciados que salían de este centro educativo, una costumbre que fue del SXV al S XVIII.

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La pagoda Tran Quoc

Eta es la pagoda más antigua de cuantas hay en Hanoi, pues su origen se remonta al año 545.  Lo ideal sería llegar a la Pagoda desde el agua, ya que su construcción se orientó a ello, pero lo más común hoy es acceder desde una pasarela desde el agua.

Seguramente, la parte más llamativa de la pagoda Tran Quoc es la torre de once niveles llena de estatuas de Buda, pero a mi me llamó también la atención el estupendo bonsai que hay frente a la torre: una combinación de roca, agua, árboles y equilibrio.

El recinto de la pagoda cuenta con varios pabellones, donde a su vez verás diferentes altares. También verás varias estelas con textos escritos en chino que describen la historia de la pagoda y la de Buda.

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El museo etnográfico

Vietnam es un país mucho más diverso de lo que en principio pueda parecer a quien no lo conoce. Hay un total de 54 étnias que podrían agruparse en cinco grupos lingüísticos diferentes. Si bien la etnia Viet es la más numerosa y supone un 86% de los 90 millones de habitantes del país, una visita a este museo permite al visitante hacerse una idea de una riqueza étnica poco o nada visible en las ciudades.

El Museo insiste en los coloridos atuendos de los grupos minoritarios, así como en algunos rituales específicos o en instrumentos y armas de caza propios de las etnias. Hay algunas reproducciones de viviendas dentro del museo, pero son mucho más espectaculares las que están en el jardín del museo. Allí hay diferentes casas, casas comunales y tumbas de diversas étnicas traidas desde diferentes rincones del país. Resulta impresionante la altísima casa comunal de los Bahnar (19 metros), las casas de arcilla de los Hani, la alargadísima casa para varias familias de los Ede (que van añadiendo habitaciones a medida que las familias crecen, la del museo tiene 42 metros de largo), las casas tradicionales Viet, o la curiosa construcción funeraría de los Giarai, que celebran un segundo entierro para los difuntos fallecidos en un periodo de tiempo concreto con una fiesta que se alarga varios días. Las tallas de madera que rodean este sepulcro temporal representan figuras tristes por los que se fueron, pero también otras felices, embarazadas o eróticas que simbolizan que los difuntos no deben preocuparse por la continuidad del grupo…

Casa comunal de los Bahar. Al fondo, moderno edificio de oficinas en plena construcción

Casa comunal de los Bahar. Al fondo, moderno edificio de oficinas en plena construcción

Casa Ede

Casa Ede

Interior de la casa Ede

Interior de la casa Ede

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Tumba Giarai

Tumba Giarai

El Museo Nacional de Historia vietnamita

Situado en dos bonitos edificios coloniales en el barrio francés de 1926, este Museo ofrece una visión de la historía del país desde tiempos prehistóricos (esta parte es bastante pobre) a los actuales. Un edificio, el más bonito, contiene la mayor parte de la colección, mientras que el segundo, situado en otro palacete al otro lado de la calle, está plenamente dedicado a la guerra contra Estados Unidos y a los tiempos inmediatamente post revolucionarios.

Vale la pena ver los tambores de bronce y piezas de porcelana, textiles, bélicas y religiosas que han utilizado diferentes grupos étnicos vietnamitas, con exposiciones especiales dedicados al que fuera reino de Champa, de marcado caracter induísta, y a la cultura Oc Eo, que ocupó en su día el delta del Mekong y que aporta al museo las piezas quizás más delicadas.

El edificio dedicado al periodo bélico entre el norte y el sur es una crítica constante al imperialismo yanqui, no sin motivo. Con un tono realista y no exento de unas gotas propagandísticas, las fotos muestran crímenes contra civiles ejecutados por los estadounidenses o por el «gobierno títere» de lo que fuera Vietnam del Sur. Algunas armas, bombas y uniformes completan el relato, que termina con el Vietnam actual.

El Museo de Historia Vietnamita

El Museo de Historia Vietnamita

Propaganda de guerra del partido comunista de Vietnam

Propaganda de guerra del partido comunista de Vietnam

El mercado de las flores

Si llegas a Hanoi de madrugada (por ejemplo, si vienes en el tren nocturno de Lao Cai), tienes que pasarte por el mercado de flores, que abre a medianoche todos los días del año, y cierra sobre las 8 de la mañana. Son apenas dos callejuelas, pero como los puestos que venden flores son tan pequeños, hay muchos y muy diversos. Aquí vienen a abastecerse floristerías, hoteles, templos y algunos particulares, que podrán encontrar flores provenientes de todo el país, desde las delicadas rosas de Sapa a las orquídeas que se producen en la zona central. El paseo vale la pena, y el trajín de motos, compradores y vendedores tiene su encanto.

Rosas de Sapa en Hanoi

Rosas de Sapa en Hanoi

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Orquídeas de todos los colores...

Orquídeas de todos los colores…

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El mausoleo de Ho Chi Minh

Este punto imprescindible merecía un artículo aparte, que puedes leer en el artículo Visitando el Mausoleo de Ho Chi Minh

Y cerca de Hanoi tienes una muy interesante excursión al río y pagoda de los perfumes

Situación en el mapa