Animales, comida y ropa en el mercado vietnamita de Bac Ha
Bac Ha es una pequeña población del noreste de Vietnam, en la región de Sapa. Los domingos por la mañana se celebra allí un mercado que para el viajero tiene varios puntos de interés. El primero es que tradicionalmente a este mercado acuden personas de todas las etnias de la región, sobre todo los diferentes grupos hmong, lo que convierte las mañanas del domingo en Bac Ha en la manera más fácil de admirar los vestidos regionales, muy coloridos y con bordados realmente bonitos.
El segundo punto de interés se encuentra en las mercancías expuestas. Hay búfalos de agua a la venta, que rumian tranquilos ajenos al ajetreo a su alrededor. Muchos perros, ladrando nerviosos, sujetos con cordeles apenas, algunos cachorros de pocas semanas que se convertirán, seguramente, en algún plato local. Cuentan que los vietnamitas comen perro la segunda quincena del mes lunar, especialmente si en la primera no han tenido suerte. Pollos, gallinas, pescado (vivo), verdudas y frutas de colores y tamaños dispares. Carne expuesta directamente sobre mesas de madera, a veces siendo revuelta o manoseada con ojo experto por la posible compradora. Instrumentos musicales, que también hay que probar, y ropa, muchísima ropa. Tanto vestidos regionales como las telas y lanas para confeccionarlos como ropa del estilo occidental…
Es posible también ver vendedoras mayores, generalmente muy risueñas, esperando clientes con garrafas de plástico a sus pies: las garrafas contienen «vino» local, fermentado a partir de arroz, maiz o manzana. Tuve ocasión de probarlo un par de veces, y os puedo asegurar que está más cerca de nuestro orujo que del sake, aunque le llamen vino.
El tercer motivo para visitar el mercado de Bac Ha es observar estas relaciones entre quienes compran, quienes venden, en ver qué comen en los bares ambulantes que se instalan en el centro del mercado, donde en palanganas de plástico esperan lenguas de buey, morcillas, carnes, y enormes cuencos de arroz y fídeos. Comer en grupo es parte del ritual del mercado, y a menudo se producen animadas conversaciones. No es extraño que el curioso vistante acabe invitado a degustar alguna de estas especialidades…
El mercado de Bac Ha no es ajeno al siglo en el que estamos. Encontrarte a una adolescente vestida al estilo h’mong negro no quita que pueda estar hablando con un móvil, de la misma manera que la mujer que despacha pedazos de carne expuesta en la mesa de madera espera a sus clientes mientras juega con un samsung de los modernitos.