Visita nocturna a la Alhambra de Granada
En una reciente escapada a la preciosa y siempre sorprendente ciudad de Granada tuve ocasión de hacer una visita nocturna a los palacios nazaríes de La Alhambra, una experiencia muy recomendable. La imponente Alhambra es visible prácticamente desde casi cualquier rincón de la ciudad, pero ver Granada desde sus murallas al anochecer, y pasearse por esos palacios a la tenue luz que te acompañará te dará una perspectiva muy diferente de la ciudad.
La Alhambra, la roja, es la fortaleza que domina Granada, un conjunto amurallado dividio en barrios diferentes, desde el recinto militar de la Alcazaba a los palacios donde moraban las diferentes dinastías que gobernaron la Granada musulmana. Los palacíos nazaríes son una serie de recintos nobles edificados entre los S XIII y XIV, cuyo interior continúa soprendiendo a los visitantes por su delicada y trabajada decoración. Si desde fuera la Alhambra presenta impresionantes muros rojizos de apariencia inexpugnable, desde el interior no queda un rincón que no sea una muestra del arte musulmán en cuanto a los estucos, los grabados y los trabajos que hacen de la geometría un arte decorativo.
Tres son los edificios contiguos conocidos como palacios nazaríes, llamados Mexuar, Palacio de Comares y Palacio de los Leones, seguramente el más conocido por albergar el patio del mismo nombre. El palacio Mexuar (o Consejo, pues en él se administraba justicia y se celebraban las reuniones importantes de la corte) cuenta también con dos patios precioso, el de la Mezquita y el de Machuca. Del Palacio de Comares cabe destacar la fachada del mismo nombre, por ser una de las más decoradas de todo el conjunto. Frente a la fachada, un trono encajado en un bello mirador incita a soñar con lo que debió ser pertenecer a la nobleza nazarí en la época de esplendor de la siempre bella Granada.
Dado que el Islam no permite la reproducción de figuras que representen personas o animales, la decoración de estos palacios se basa en la escritura de poemas en la abigarrada caligrafía árabe, en figuras geométricas o en motivos vegetales. Hay elementos decorativos de madera, grabados en escayola, algunos de cerámica y azulejo y muchos de estuco. En algunas de las salas hay que fijarse en los pavimentos y columnas de mármol.
El Palacio de los Leones es el que acoge la famosa fuente sostenida por reproducciones de estos animales, que aunque muy interesante, no debe distraerte de pasear un rato por entre las galerías de espléndidas columnas (nada menos que 124) que flanquean el patio, uno de los rincones que más me gustó de toda la visita. Interesante percibir que los techos y cubiertas se decoraron con mocárabes: prismas que se superponen unos a otros, hechos de yeso o madera y pintados de manera que acentúen los juegos de luz. la sensación de ligereza que otorgan así a los techos de las galerías, la profundidad que consiguen dar a la perspectiva del observador, consigue casi desvanecer la sensación de que hay efectivamente un techo…
La obsesión por la decoración geométrica llega incluso a detalles impensables en los que no reparará el turista poco observador. Por ejemplo, los 12 leones que forman la fuente muestran dos tipos de melenas diferentes y tres tipos de narices distintas. Los leones iguales entre sí se disponen opuestos el uno al otro señalando puntos cardinales distintos: son iguales los que apuntan al norte y al sur, que su vez son diferentes de los idénticos que apuntan al suroeste o al nordeste…
Igualmente impresionante resulta la Sala de las dos hermanas, la más completa de este tercer palacio, con un impresionante techo que sencillamente te dejará hipnotizad@: más de mil celdillas que caen en racimo y que representan la bóveda del firmamento.
La belleza de estos palacios y su decoración nos recordó en muchas ocasiones a detalles que habíamos visto recientemente en Marrakech (Marruecos). No en vano, allí las guías nos decían a menudo que muchos palacios de esa ciudad de inspiraron en la Alhambra nazarí…
La entrada nocturna a los palacios nazaríes de la Alhambra podrás hacerla viernes y sábado de 20:00 a 21:30 (del 1 de noviembre a 28 ó 29 de febrero) y martes, miércoles, jueves, viernes y sábado de 22:00 a 23:30 (del 1 de marzo al 31 de octubre). Saldrás tarde, por lo que no resulta mala idea reservar un sitio donde alojarse y de paso salir a tapear por la ciudad. El precio de la entrada (a fecha de abril de 2014) es de 8 €. Por ese precio, tienes que ir…